jueves, 17 de febrero de 2011

La Disqueria


Mi primer trabajo “serio”, con contrato, consistía en preparar pedidos para una cadena de supermercados,trabajaba las noches de viernes, domingo y lunes como refuerzo en el turno de noche. Aun hoy tiendo a ordenar el carro de la compra gracias a mi experiencia en este asunto. Llevaba un vehículo, mezcla de traspaleta y toro, con dos largas guías en las que entraban tres carros o dos palets. Eso hacía, iba a toda leche por los pasillos del almacén cargando y ordenando las cajas de los productos en los carros o palets.
Todos rezábamos porque nos tocaran las partes del pedido jugosas, la leche, los aceites, conservas, es decir los productos cuyas cajas eran todas iguales y por ello más fáciles de ordenar. Treinta de Pascual, treinta Puleva, treinta Asturiana y toma ya, te ganabas la prima de productividad.
Siempre recordaré mi primer día. Subí al autobús de empresa y empecé a pensar que coño hacía allí, yo era inocente!!! Si como en las películas de cárceles que el protagonista es buen tío y lo meten allí con todo tipo de maleantes y personajes variopintos. Éramos cinco imberbes, cinco pardillos estudiantes caminando por el pasillo de un bus de homicidas, de desequilibrados. Como en las películas pensé en que no debía agacharme a por el jabón si se me caía en las duchas.
En las primeras filas estaba aquel tipo cuadrado de los tatuajes moreno y curtido. Jamás hablaba, jamás supe su nombre, solo te miraba serio y te acojonaba.
También estaba un tipo al que apodamos Don Pimpón, como el de barrio sésamo. Era grande. Don Pinpón agarraba las cajas de lejía que pesaban un huevo con los brazos extendidos y los dejaba arriba del todo, que bestia, cerraba las puertas pesadas de metal de los andenes como si fueran las de un coche.
Como siempre, en toda película de maleantes, hay un chuleta, un tipo de flequillo alto y delgado, con pintas de ligón, era un clon de Carlos el Yoyas.
Todos eran una calaña, si si, jaja, no te puedes fiar de ninguno. Siempre hay uno que parece bueno, un tío culto y educado y te sorprende que sea el más peligroso, un asesino en cadena. Ese era el peruano, Hablaba y hablaba, sus expresiones y su rico vocabulario me servían para copiarle respuestas ingeniosas.
Atrás, en la ultima fila justo encima de la escalera de bajada se sentaba el loco, le llamaban Murdok por la serie del equipo A. Realmente no se sentaba, estaba de pie y agarraba el asiento que tenía delante a modo de volante y conducía chillando todo el viaje, estaba loco de remate en serio.
Vale, lo reconozco, soy un paranoico. Los que me conocéis ya sabéis que mi imaginación es imparable y que empiezo a soltar chorradas y gilipolleces. En seguida me puse un apodo, el Drogas y uno para cada amiguete pardillo. Debíamos llamarnos así ente nosotros para hacernos respetar en este peligroso trabajo. Me pegaba el mote pues siempre me han pedido sustancias espirituosas en los bares y debe ser porque tengo cara de camello o ago así.
La verdad, no me relacione mucho con la gente en esos 6 meses, el peruano y poco más. Eso si, el loco, el loco siempre me sorprendía cuando me lo encontraba por algún pasillo chocándose contra las cajas, gritando sin razón o apareciendo por sorpresa en cualquier momento.
Para amenizarnos el trabajo sonaba toda la puta noche los 40 principales o algo similar. Era una tortura eso de que a las horas justas sonaba el numero uno. Siete veces por noche y durante tres días a escuchar el temita de los huevos. Pues bien, una noche Murdok debió pensar lo mismo. Era la tercera o cuarta vez que sonaba aquel día cuando el loco saco toda la rabia acumulada en su incomprensible mundo, solo, en aquel pasillo que olía a almacén y apoyado en una cajas de lejía grito con todas sus fuerzas: que mierda de canción!
Tema
La canción que para el loco era una mierda para mi era la mejor de la noche. Fue una época en la que el rock sonaba en las radio formulas y muchas bandas tomaron protagonismo arrastradas por el bum del grunge. Que tiempos aquellos…
La canción era Give it away de los Red hot chili peppers y anda que no la he bailoteado veces sobre suelos de calimocho y serrín. Como siempre digo el loco tendría sus gustos y no tendría ni idea quien eran esos chillones. El no sabía que estaban sonando unos locos como el, unos tíos que aparecen en fotos y como única prenda un calcetín que no está puesto precisamente en el pie. Un día aparecen con unas crestas punk,o el pelo rapado formando una espiral, o teñidos de rubio platino. En una foto cuelgan de los pies como murciélagos o salen a tocar con unos pequeños lanzallamas en sus cabezas a modo de velas. Flea se mueve como un chaman poseído y mueve sus dedos a la velocidad de la luz por las cuerdas de su bajo. Kiedis boxea rapeando y su voz va del metal al funki. Chad parece un oso tras la batería y por momentos parece el más cuerdo del tinglado. Del que falta, de Frusciante, parece que esté flipado, parece que sea un romántico enamorado, un pringado y resulta que es el arma secreta y resulta que cuando empieza a tocar te das cuenta que estás ante el mejor guitarrista de los tiempos modernos.
Al final no meto Give it away porque prefiero que veáis lo que es una superbanda, lo que es juntar estos bestias en una intro acojonante, una batalla de filigranas en la cual para ser vencedor debes llamarte Jhon Frusciante, que crack.

martes, 15 de febrero de 2011

DESDE MI BANQUILLO


ANENTO 0 - 2 MEG–TOSOS
Aun no ha salido el sol y ya están esperando las tropas del Cesar Miguelus, acampadas a las puertas del Stadium Venecia. Mientras el general Marco Petrus prepara la estrategia para doblegar al rival.
Tribunos y senadores Tosinos destacaron la importancia de ganar esta batalla, Petrus se reúne con sus lugartenientes, Angelus (Trompin) y Juan “el viejo”, desde lejanas tierras recibimos cada domingo la visita de Pepitus, entrañable ciudadano que cada fin de semana viaja desde las lejanas tierras de Tarraco.
Se desencadena la lucha, primeros compases de respeto por parte de los dos contendientes, es Constantin el primero que desde fuera prueba el disparo pero sin acierto. Se despereza el Anento y tiene su oportunidad que es abortada por la defensa Tosina. El encuentro se vuelve tosco y falto de futbol en esta parte, de pronto y ante la incredulidad del publico allí asistente Rulus “zurdus” se exhibe con una gota de calidad y le ofrece un pase a nuestro delantero Alexandro, que con habilidad y cabeza baja , se zafa del cancerbero y consigue el primer gol de la escuadra Tosina. 0 – 1.
Cuando finalizaba el tiempo es el portero del Meg el que en un alarde de reflejos salva el empate, así nos vamos al descanso en el que el Moscatel y las pastas nunca faltan. Es más sobraron con lo que al siguiente “match “habrá de sobras.
Tras el descanso las tropas Anetanas se vuelcan en un cerco total a la meta del Tosos, sigue los mismos derroteros del final de la primera parte y las actuaciones de nuestra defensa se multiplican, el general Petrus se muestra tranquilo a pesar del acoso rival no así el Cesar Miguelus que teme por una derrota. Se producen los cambios, salen del campo, jordius y rulus (gran derroche el de ambos) y entran para dar más aire fresco dos veteranos y grandes luchadores, Danius Lucerus y Diego “chatus”, este ultimo vuelve después de un tiempo de reflexión, mientras en algún lugar de los montes Tosinos el gran cazador Raulus “ torus furus” sigue cobrando piezas ajeno al fragor de la lucha. El cerco se estrecha, los senadores Tosinos,” Manolus “el aguao” y Gonzalus “ciclus máximo” tampoco lo veían claro y sufrían temiendo lo peor.
Marco Petrus apura sus bazas e intenta que el tiempo pase como en reloj de arena de cuello grande, salen mas guerreros a la guerra, se retiran, Cosntan, Alexandro y Danicius Curro entran a la lucha, Adrianus Máximo, Andresus y Maya (que vuelve de su impenitente viaje a las tierras de Senegal) queda poco tiempo y Danius Lucero nos sorprende con una vaselina marca de la casa que casi se cuela, sigue el temor al empate, tendría que ser el anteriormente nombrado el que en un saque de banda eluda a dos rivales y de el pase de gol a Andresus . 0 – 2.
Andresus (guerrero que paraliza el tiempo con el balón en sus pies) en lenguaje futbolístico un “picha fría “, dicho esto desde el cariño y sin acritud.
Se acabo la refriega el Meg Tosos sigue en la lucha por lo más alto, el próximo domingo todos a nuestro campo, para intentar conseguir una victoria de las que se califican “épicas”.