Intro
Todos los viernes mi mujer, entonces mi novia pasaba a buscarme cuando salía de las prácticas de laboratorio. No estaba muy lejos un garito que montó un compañero de clase, un tío callado, que iba a lo suyo, que siempre vestía de negro y con el que yo compartía muchos gustos musicales. Claro está hicimos buenas migas y en cuanto montó el antro me dijo que me pasara, eso hice no un día, cada viernes con mi chica.
Se llamaba el agujero negro. Era un agujero negro. Dominaba la música gótica, especialmente si el pinchaba aunque a veces tocaban otros estilos rockeros.
Aquel viernes nos sentamos en la parte más larga de la barra, cerca del “pinchador” , la jarra de calimocho en la barra negra, de un bar negro. A nuestro lado tres o cuatro demonios. Su aspecto les delataba: vaqueros ajustados negros, camisetas oscuras, una de ellas con esa imagen típica de The misfits de la calavera de ojos pintados, flequillos largos como si tuvieras un tupe pero hacia abajo y por atrás, los laterales rapados; los ojos con sombras de maquillaje negras. Como decía, tres o cuatro demonios-esqueleto tomándose una copa.
Entonces los demonios empezaron a bailar, a cantar como poseídos una canción, cantaban como deben cantar los muertos. Mi nena y yo los observábamos, que cabrones estábamos flipando, yo quería ser un demonio!! Quería cantar como estaba cantando el mismísimo Lucifer esa canción.
Tema
Digo Lucifer porque la voz que ahora vais a escuchar es la que él elegiría, su reencarnación como cantante en la tierra. Un tipo al que no os gustaría encontrar en un oscuro callejón, se llama Glen Danzig vocalista de los misfits. No soy seguidor de estos pero si de la última banda que formó. Una banda que cada año no falta a la cita y toca en directo la noche de los muertos: DANZIG.
He elegido este tema porque muestra perfectamente de lo que hablo, porque el video está cojonudo y porque la he cantado decenas de veces en el Devizio, si, el mejor garito de todos los tiempos. Mirad la gente, mirad la banda, parece que este metida encima de ellos y esa gente no son personas son diablos y diablesas. Metal, alrededor de esa voz que no sabes si te canta un blues o un rito satánico.
Diablos y diablesas, con sus infernales presencias:
Mother.