
Intro:
Me he sentado en el sofá de mi casa. Nervioso, si lo reconozco, me ha costado más de la cuenta quitarle el envoltorio de plástico. He abierto las tapas a ver que escondía el gorro de la calavera y allí estaba el vinilo enfundado en las letras de 10 temas. Es la primera vez que me sucede, escuchar una canción que no he escuchado y emocionarme al límite del llanto.
Hace poco el jefe de este blog me preguntó: “que le ves a un disco de Bunbury que tanto lo diferencias del resto??” Ya os he comentado que no soy un entendido. No tengo la capacidad de valorar la calidad musical pero si se lo que me hace sentir. Le dije, cuando escucho un disco de Bunbury por primera vez pienso: “ufff este tío es un Cabronazo”. Hoy conforme sonaba el disco no paraba de pensar “uff este tío es un…..”no puedo escribir la palabra por si resulta ofensivo aunque está claro que no la digo con intenciones de insultar sino de enorme admiración”.
Es una delicia tras otra, se llama Las Consecuencias.
El tema:
Estáis equivocados…no es un tema de Bunbury. Los que me conocéis sabéis de mi tremenda admiración por él. La primera vez que suene aquí intentaré explicar las causas y las consecuencias.
Hoy va sonar Nacho Vegas como agradecimiento. Dicen por ahí que fue este tipo el que rescato a Bunbury para nosotros de nuevo tras anunciar que se retiraba hasta quien sabe cuando. Gracias Nacho, de no ser por ti hoy no habría arrancado nervioso el plástico del sombreo de la calavera, hoy no me habría emocionado escuchando una canción. Gracias a ti vuelvo a escuchar a un tío y pienso “que cabronazo, pero que… “palabra que no puedo escribir”. Gracias a ti porque tu intervención ha tenido Las Consecuencias.
El tema de hoy se que es más “difícil”, de un artista “difícil”. Un tema sacado de un disco “El tiempo de las cerezas” que de primeras me encantó y con el tiempo me entusiasma.
Es una hermosa canción y a mi parecer aun es más brillante y bonita en este escenario (el liceu), con ese clima especial de los recintos más pequeños, con esa puesta en escena en la que tiene tanto que ver el señor que acompaña a Nacho Vegas en los coros. Me encanta, me pone los pelos como escarpias. El predominio de la voz acunada por una guitarra, esas entradas de cuerda tan bonitas, la aparición de la bandolina ,y ese final sorpresivo y circense que le dan los vientos que te vuelve a recordar que estas ante un par de locos. Escuchadla, que no pase la letra por vosotros sin escucharla de verdad.
Señores y señoritas, cierren los ojos y abran los oídos:
La fin.