miércoles, 20 de octubre de 2010

La Disquería



Con una semana de playa me basta. Ahora llevo otro rollo porque juego con los peques pero me gusta sentarme en una silla y no pensar en nada, simplemente escuchar el mar y ver a la gente pasar, especialmente por la tarde, cuando no está apestado de gente y no tengo que soportar a los “Marburgo” de turno”. El Marburgo es un virus, uno de los más mortíferos y un día me dio por bautizar así a esos pesados que bajan a la playa y con tal de estar lo más cerca posible del mar son capaces de plantarte la sombrilla entre tus tobillos y colocar la toalla en el mínimo rinconcito de arena libre. Odio sentirme avasallado, necesito mi espacio vital y colocarme a gusto los huevos en el bañador.

Me gusta tomarme un vermut, unos mejillones cabreados o unos boquerones fritos. También comerme una buena paella, comería paella toda la semana playera, si paella y sangría como único menú.

En la playa tengo sitios favoritos. Siempre me compro pendientes en el mismo tenderete, el tipo ya me conoce y me hace precio especial. Para tomar caipirinhas tenemos una terraza que las hace estupendas. Le falla la puesta en escena, los toques especiales y sobre todo que cambiaran la puta música de tienda de ropa.

Por la noche mola cenar en el pueblo, las empinadas calles de piedra ocupadas por mesas de madera, macetas llenas de flores, tablas de embutidos y olor a gambas a la plancha.

Como tantas veces, me falta el Rock and Roll. Hay varias terrazas muy guais para tomarte copas, rodeado de piedra y muy lejos del estilo pijotero de los paseos marítimos pero me falta un escondite rockero aunque quien sabe, quizás exista. Un verano existió. Entramos a un antro sobre las 12 y salimos a las 4 echando migas de pan en el camino de vuelta para encontrarlo al año siguiente. Al año siguiente abrimos las puertas, los poster de G´N´R , Ramones y demás ya no colgaban de las paredes y no hizo falta aguantar un segundo más, ni la puerta, ni al pesado del Bisbal con sus bulerias.

Este año pintaba como siempre, nada autentico. Para colmo mientras cenas aparecen los descamisados de los acordeones y violines que pasan la gorrita cuando llevas los dedos pringados de arrancar cabezas de gambas. Jamás les suelto un céntimo, son unos cansinos estos tunos “terraceros.

Decidimos ir a una terraza muy acogedora situada en una plaza rodeada de murallas con suelo de adoquines, nada de coches, como si estuviera separada de todo. Nada más ver al colega sabía lo que iba a tocar y me lancé a la única mesa libre con la suerte de que era de las más cercanas al pequeño Dylan. Pelo rizado y abultado, una armónica y una guitarra frente a un micro y a sus pies la funda de la guitarra. Que gozada, mientras esperábamos los mojitos el tío cantaba No woman, no cry de Bob Marley. Terminó el tema y de pronto me temí lo peor, tomaba una bolsita de cuero y se dirigía a las mesas a recibir un sueldo justo, mierda, había acabado!!! La gente le echó montón de pasta aparte de los que pasaban caminando que contribuían lanzando euros a la funda de su guitarra. Cuando me acercó su bolsita le eché unas monedas. Me dice gracias y le suelto: pero no te vayas, sigue tocando, me contesta algo así como que vista la pasta gansa que le están soltando claro que va a continuar.

Vuelve al escenario y con una sonrisa sincera agradece a la peña y empieza a tocar un tema de Bob Dylan, luego Te quiero de Calamaro y que guapa y rockera le queda Insurrección de El último de la fila, La gente se anima y tatarea y siguen soltando euros, el cincuentón de clase alta y bronceado de la mesa de al lado se sabe la de Dylan, uno pide a Mana, yo estoy seguro de que no tardará en sonar algo de los Black Crowes o Nirvana y fliparía si toca una de Bunbury.

Entonces acaba la función. El Dylan de Peñiscola recoge sus bártulos y se acerca a la mesa más alejada del escenario donde tímidamente le espera su novia que también porta una guitarra. Yo siempre divago sobre la gente e imagino a que se dedican, como son, que tipo de relación tienen y tengo la convicción de que acierto en la mayoría de los casos. Observándolos llegue a la conclusión de que eran novatillos en esto del escenario callejero. Deduje que la novia se había acojonado en el último momento, deduje que el novio sonreía de oreja a oreja al revisar sus ganancias no por su valor económico sino por que era la prueba palpable de su exitoso recital, se sentía grande, se sentía artista y había logrado debutar victorioso.

Tema

Para mí esto es la música, las canciones. Pasan 20 años y un Pibe con talento sigue interpretándolas poniéndole su toque pero sin que pierdan su magia. Entras a un garito y escuchas una de U2 en versión discotequera y me entran ganas de llorar, una de G´N´R que parece el chimo bayo (así se llama no??) y me hace sentir vergüenza ajena.

Cada persona busca una cosa en la música. Los hay que solo quieren divertirse, los hay que quieren bailar y cada uno tiene sus gustos. A mí me ponen a Bisbal, a Camela, al Baute, Soraya, a los actuales Dover, me pones un “Di yei”, je je, mezclando música para bailar y que queréis que os diga me quedo en la plaza a disfrutar del Dylan de Peñiscola, Yeah!!!

Os dejo con Evan Dando, cantante de los Lemonheads y actualmente único miembro. Había pensado poneros varios videos de versiones de este tío ayudándose tan solo de una guitarra pero he encontrado este video con una calidad de sonido cojonuda y con una pedazo de canción digna de seguir siendo interpretada dentro de 20 años. Subid el volumen cerrar los ojos, esto es un artista coño!!


4 comentarios:

  1. Muy bueno el comentario playero, aunque yo nunca he visto a alguien que tocara lo que tu dices,por cierto porque el nombre de "Marburgo" suelen ser mariconadas, ja,ja.
    La música para mi blandita, blandita.

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  2. Leí un libro una vez sobre un tipo de virus como el Ebola y el Marburgo. Son parecidos, ambos son maquinas de matar aunque el ebola aun es peor. Me ahorro detalles pero los sintomas y la forma de manifestarse la enfermedad son un poco toca huevos igual que estos pulpitos playeros...
    No siempre va a ser caña, me venía a huevo, una guitarra y un artista, igual que el de la playa.

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  3. !como te lo montas pájaro¡

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  4. Jaja, hay que montarselo bien Rafica que en 4 días estamos en Benidorm durante el verano y en invierno en los sillones del gran casa...

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